Una imagen de la Luna en fase menguante y el avión que se aleja en su pluma de nieve...
Un primer tiempo de belleza que se alargaría en avanzadilla de ánsares, intentando la escala en una de las cientos de lagunas artificiales que fueron apareciendo en el paisaje del sureste madrileño desde los años cincuenta en adelante.
El Campillo podría ser,para estas aves migratorias, su referente visual, una de las más extensas superficies de agua que deben reflejar la luz que se agranda en estos días claros que dejaron atrás el ciclo de tormentas lejanas. Una parada para retomar fuerzas y beber agua en el Parque Regional que tiene una parada de Metro cercana.
En torno a cincuenta ejemplares, en verdadera formación, seis y los restantes individuos en punta de lanza, cortaban el aire que les sostenía.
Y su destino bien pudiera estar en el Parque Nacional de Doñana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas Gracias