El retorno de la serpiente

El pasado verano tuve la oportunidad de reconocer una obra monumental de Georitz en el salón de entrada a un edificio residencial en México DF, distrito Polanco. 

Pero fue en el Palacio de Iturbide, en el centro histórico de la ciudad, donde puede darme cuenta de que la pieza era una obra de este autor. En torno al patio del espacio histórico se presentaba una exposición antológica suya bajo el título de "El retorno de la serpiente", organizada por diferentes instituciones, entro otras, por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. 

Mathias Goeritz (Dánzing, hoy Gdansk, Polonia, 1915-Ciudad de México, 1990), que estudió Historia del Arte en Berlín durante los años treinta del pasado siglo. En el año 1941 era profesor de alemán y organizaba exposiciones en Tetuán, capital del protectorado español de Marruecos, y en Tánger. Terminada la segunda guerra mundial vivió en España como galerista y editor... En Santillana del Mar formaría parte de la Escuela de Altamira, o de los "nuevos Prehistóricos". Querían colocarse antes de las vanguardias, una línea de acción que el continuaría este "agitador cultural" en México, tras su repentino traslado en 1949. Allí, tras el apoyo inicial del mecenas Daniel Mont, tuvo la oportunidad de organizar un bloque creativo, sustentado en el afecto y el mecenazgo, con el arquitecto Luis Barragán y con el coleccionista Jesús Reyes Ferreira. Junto a ellos, llegó el aumento sustancial de escala en sus figuras escultóricas y en sus proyectos, como la "Ruta de la Amistad", 19 esculturas monumentales en hormigón armado a lo largo de 17 kilómetros del Periférico Sur, una de las vías más transitadas de la ciudad. 

La obra como estrategia en la vida. En el políptico de presentación a la muestra, puede leerse literalmente: "De hecho, Goeritz ejercía una modalidad de arte telefónico que muchos años antes había puesto en práctica el maestro de la Bauhaus, László Moholy Nagy.



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