Hay encuentros que se frecuentan, más o menos idénticos, cuando sostenemos el primer recorrido de la mañana en horario y trayecto. Miradas de reconocimiento en lejanías y olvido... Familia y amigos, acompañamiento y seguimiento: la vida de los otros...
El relato tiene protagonista joven y comienza saludando. Se anima confiado y seguro, insistente y sonoro, fuerza y sentimiento, felicitándonos, en el pasar cercano: Adiós, Papá, Hoy, Mamá, Adiós...
¡Sueños cumplidos! Y el aire fresco lleno de su encanto, lo mejor que podíamos seguir tomando.
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