Las situaciones divertidas se gestionan lentamente, en la confianza del ser, en su acción particular, dentro del grupo al que está vinculado y al que pertenece. Personas responsables que comparten, por ejemplo, un objetivo de interés claro que se mira y se explicita, que se viene consiguiendo en libertad y admite el asombro y cierto nerviosismo ante las actividades que se programan y renuevan con los años.
Es un modo de encarar los inevitables cambios en el vivir que vamos contextualizando.
¿Éxito?
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