Las 12:12 horas a.m. ¡Qué bueno!
Sí, y todo diferente. Sí, otro cuerpo, otra sensibilidad, otro momento.
Que el sabor salado se intensifica, que el dulce apenas se advierte... Y el té, tan acre y amargo, el chocolate en lo que tiene de avainillado...
Como si la armonía y la colaboración estuvieran ajustando en el sistema, de nuevo. Un reset biológico o algo parecido.
Depurando, naturalmente, en otoño.
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