Hay veces que nos llega el contraste como un descubrimiento.
Acaban de aparecer dos hermanos tan parecidos y tan distintos a un tiempo que la mirada se detiene en ellos.
Llegan medio dormidos: tan alto y miope, tan listo y redundante, compartiendo argumentos y trabajos por lo que pude ver.
Y así vamos, de la sorpresa y otros asuntos a la realidad más inquietante: enormes las líneas de la vida que seguirán diversificándose.
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