Ha sido un saludo personalizado en toda regla.
Dos veces escuchado esta mañana, en la calle, cuando pasaba andando por la Gran Vía y una señora se despedía de otra que trabaja en uno de los establecimientos madrugadores y de mayor afluencia de la zona, desde hace bastantes años.
Y en el trabajo, nuestra querida Ester, me hacía llegar la frase moderna, una variante ajustada del clásico Buenos días, tan elegante, supongo, en el pasado siglo XX, que tanto nos alimenta.
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Muchas Gracias