Normalidad y descanso.
Es lo que se percibía esta mañana en la sala de espera de la Clínica CEMTRO de Madrid. Una prueba radiológica que tenía proyectada para el 11 de julio a las ocho y media de la mañana, se adelantaba y me permitía cambiar de itinerarios.
Es una experiencia intensa, sí, y se guarda en el imaginario propio.
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