Movimientos antagónicos que practicamos sin solución de continuidad, y se trata de lograrlo en situaciones tan distanciadas como pueden ser las que tienen que ver con la toma de alimentos, cuando nos disponemos al desayuno o a la cena, en el almuerzo... También a los sentimientos podemos ir con esta iniciativa para sentirnos satisfechos con el menú de amistad al que accedemos, por ejemplo.
Sí, abrir y cerrar, una práctica consciente que podemos afinar. Mejor este movimiento armónico que cerrar por entero nuestros accesos, o dejarlos a la intemperie, de par en par abiertos. Tampoco los flecos sueltos.
El juego de cintura que tenemos.