Tiempo para sentir al otro que no es tan distinto, compartir miradas con el desconocido y una mesa entre ambos, encarando lo diferencia, dejando que el tiempo haga su trabajo, porque pasa y teje su red de oportunidades infinitas.
El esfuerzo tenía su premio y la escena se pudiera ampliar con los protagonistas que se alejan. Ha sucedido esta mañana. He podido apreciar la emoción, la sorpresa.
Compañeros de hora en la biblioteca.
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