Era la primera conversación de la mañana de trabajo.
Hablamos de A sangre fría, de Truman Capote, una novela basada en hechos reales, porque el reportaje periodístico y la investigación del escritor americano estuvo en el origen.
El papá reconoce al autor cuando su hija le dice que está leyendo la novela, y que está muy bueno el proceso. Una manera de leer menos utilitaria y funcional, quizá más eficaz...
Y ya estamos pensando en la segunda entrega, La romana, de Alberto Moravia.
Así, se van entrelazando lecturas que dejarán su huella en nuestro imaginario compartido, cuando la emoción se fija.
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