Suceden tantas cosas en cada momento vivido que nos conviene estar despiertos y bien despiertos, alertas, desde que salimos de casa, sin llegar al miedo, que es la diferencia, por supuesto. Y digo esto porque las reacciones de las personas que te encuentras y pasan, a veces, como esta mañana, nos inquietan, parecieran seguirnos aún cuando nos adelantan, pendientes de nuestra actividad para modificar la propia, caprichosamente, desde nuestra mirada.
En la sociedad compleja que nos venimos dando, conocer, visualizar y discernir lo que percibimos, de la realidad que nos habita, cobra importancia. Sí, y cada día más, porque lo tecnológico, que galopa, es moneda de cambio en la ciudad, poblada de multiculturalidad, singularidad y prisa.
Gran tarea, sí, estar dispuestos y con gran espacio para la confianza.
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