Esta mañana la ciudad huele a frío y la humedad segunda del otoño se hace profundidad, alargado refugio. El viento presenta las ramas de los olmos en su verdor último, balanceo de cuna y susurro. Se abre el azul y pareciera otro el semblante ciudadano.
En el trajín de los nuevos proyectos, ponemos la marcha atrás, retomamos impulso y seguimos avanzando sobre algo conocido, definido, posible. Que la realidad presente se hace más digerible y los apoyos para el éxito siempre se agradecen, sirven.
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Muchas Gracias