De los santos a la fiesta americana que sigue en auge. Una especie de carnavales de otoño, en gótico, y fiestas juveniles oscurecidas por la noche.
Que juntar los santos se hacía durante el día, para almorzar, o a media tarde. Es la tradición que puedo recordar. Y juntar los santos tenía un tiempo previo de recolección y paseo. Visitar a los familiares próximos, pedirles los santos con una cestita que se iba llenando de regalos comestibles y sabrosos, dulces y frutas de temporada como las granadas y mandarinas.
Todo para colocarlo sobre la mesa y tomarlo en grupo. Chocolate y dulces para suavizar, con su blandor y textura, el día posterior de difuntos. Así lo hemos recibido. Y las familias nos recogían en las viviendas. Era un día conseguido de participación protagonista en torno al alimento compartido. Los juegos eran el final de la aventura que suponía la colecta y el posterior consumo.
En estos días, aquellas situaciones para tomar, se han transformado en Trato o truco.
¿Cómo podemos valorarlo?
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