jueves, 24 de abril de 2014

Fiesta

Mi corazón está como de FIESTA. 

Me llaman por mi nombre y tardo en reaccionar. ¡Cómo imaginar que tengo delante a una mujer a la que recuerdo de jovencita! 

Es su dulce mirar, la seguridad en su pregunta, más allá de la extrañeza que la ofrezco. Y después, al reconocer en sus ojos azules la grandeza de lo que nos une, me he pegado a ella. Como que no podía separarme de su lado. Y hablar de su familia, de sus padres, tan jóvenes en la despedida, de sus hermanos exitosos profesionalmente, ordenados familiarmente, en Extremadura.

¡Qué acontecimiento más grande! De haberlo planificado no nos habría supuesto tanta alegría conmovida.

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