Vivir con intensidad y sencillez el ahora, aquí, cuando la realidad es amable y confiamos...
¡Qué difícil la paz!
¡Cuánto esfuerzo conlleva el hacerse cargo de lo que nos disgusta y conforma!
Porque dicen que el ser humano es un experto en echar balones fuera, en culpabilizar al otro de lo que nos pasa y molesta.
Mirar, admirar las excelencias propias, agradecer lo que hemos tomado y seguimos necesitando de nuestro contexto cercano (familia, amistades, colegas), sorprendidos porque las experiencias que nos dejan huella se siguen adunando.
Y la espera en la niebla daría paso a la conversación mínima, que se estiraba, en el paso de cebra. Eran las nueve y media de la noche, salíamos de una conferencia.
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