El año 2000 puede ser referente para la sorpresa y la esperanza, para el desasosiego y la continuidad... Había que hacer reajustes y programaciones que planteaban riesgos. Había que ejecutar muchas órdenes y las máquinas como aliadas.
El año 2001 empezaba de otra manera y terminaría con angustias que se fueron transformando en euforia a lo largo de la década. De ahí, quizás, a la problemática de la burbuja inmobiliaria, entre otras actividades altamente especulativas.
En esta segunda década del siglo XXI, la economía real de las familias, de las empresas y de los estados, se ciñe y aprieta para ajustarse a una realidad que nos asola.
Estoy leyendo sobre otras épocas con dificultades económicas en el libro El hombre que cambió su casa por un tulipán, de Fernando Trías de Bes, publicado en 2009 y que sigue siendo de interés. Así reza el subtítulo: ¿Qué podemos aprender de la crisis y cómo evitar que vuelva a suceder?
http://jccubeirojc.blogspot.com.es/2009/05/una-casa-por-un-tulipan.HTML
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