Es la sorpresa una emoción que frecuentamos de tarde en tarde y la niebla nos ha brindado, al despertar una nueva oportunidad para experimentarla. Y repetimos sensación porque el paisaje cotidiano pareciera cambiar, desdibujarse y concentrarse en detalles inesperados a los que atendemos con otra tensión, porque nos requiere otra búsqueda en la atmósfera de agua que nos circunda.
Han sido días de azul y sequedad, de sol brillante y líneas de cielo espectaculares al anochecer como la que ayer se contemplaba desde la parte alta de la Biblioteca Francisco Umbral, en Majadahonda, donde tuve la suerte de escuchar los comentarios de lectoras amorosas que me dejaron sorprendida, sí, por otras circunstancias.
Era el encuentro literario en torno a Manuel Rivas y una de sus obras, El lápiz del carpintero, escrita por el autor en gallego, publicada en 1998 y traducida al español por Dolores Filaredra. Notas de interés que retomo porque considero oportunas y que comentamos.
La próxima cita lectora será con Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, todo un clásico.
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