Puedo tocar el dolor... pudiera haberlo hecho ya, cuando el agua dejaba atrás lágrimas de consentimiento y transformación.
De las Marías quinceañeras y de los Álvaros grandes que nos dicen lo mucho que ya saben y sienten.
Porque del silencio también nos llegan las verdades.
Y Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol, como telón de fondo, a raudales hablándonos.
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Muchas Gracias