A las ocho de la tarde, se presenta una nueva publicación con una selección de artículos de prensa del escritor que aparecieron en El País y en El Mundo, en su día.
Y digo esto porque estarán junto a España, su esposa, el actual director del periódico y otros intelectuales, entre los que recuerdo a Juan Cruz, al que he podido saludar en algún que otro acto en torno a la obra de Umbral y su legado literario.
La nota de prensa que anuncia el acto de presentación de su libro, El Tiempo reversible, viene a decir algo así:
"El Tiempo reversible recoge las mejores crónicas de Umbral, de un autor que hace
literatura de la vida. Desde los brillantes círculos de poder hasta la miseria viva de Vallecas,
por sus páginas desfilan todos los personajes que construyeron un país que había
perdido su identidad y que se reconstruía a golpe de juventud y de derrota, entre las
bambalinas de la política y las oscuras orillas de la noche.
Francisco Umbral hizo de la escritura un oficio. Transitó todos los géneros e inventó
un lenguaje. Pero sobre todo, es la memoria viva de nuestra Historia reciente.
Desde su atalaya de negritas, sus ensoñaciones de spleen, su estética decadente
de dandy de provincias, sus placeres y sus días, iba desgranando una
realidad que, desde los años 70 del siglo pasado y hasta los inicios de éste, nada tuvieron de cotidiano.
Umbral hizo el retrato de una España hambrienta de libertad y todavía sometida a la atroz grisura del post franquismo y llevó a sus lectores de la mano por todos los cambios que esa sociedad atravesaba.
Es difícil glosar la figura de Francisco Umbral, medir su influencia en los herederos de
un periodismo todavía huérfano de su figura. Escribía de forma compulsiva, pero lo
mejor de su obra, sin duda, son sus columnas, reflejos fugaces de un instante cualquiera,
la foto fija de una etapa en la que todo parecía posible.
Manejaba como nadie la palabra y el lenguaje a través del que se adivinaban sus infinitas
lecturas de los clásicos. Era un heredero del barroco pasado por la modernidad y la movida que veía y contaba lo que otros no se tomaban la molestia de rescatar.
Nadie como Umbral entendió que había una España oficial y otra real que supo plasmar en las páginas efímeras del periódico con ese hilo invisible que unía la decadencia y la furia.
Su lectura es, muchos años después, tan actual como cuando dictaba sus crónicas,
con la agilidad de quien maneja la materia prima de la palabra como un orfebre sus
joyas. En las páginas de El Tiempo reversible el lector se asomará a una realidad que no cambia, un tiempo circular que ilumina con lucidez y talento un país que adolece, hoy como
ayer, de los mismos males y que tal vez demuestre que la Transición fue sólo un sueño del que más pronto que tarde, acabamos por despertarnos.
“En el subconsciente le había quedado la herida oscura de una infancia lacerante que se
esforzaba en olvidar hasta que logró convertirla en literatura.”
“Ante todo, ritmo y sonido. Como Sinatra, yo no vendo voz, vendo estilo” decía
Umbral de sí mismo. No rechazaba el escándalo, siempre que fuera literario. Quería
demostrar que en la literatura todo es lícito, nada es bueno ni malo, siempre que esté
viene escrito.
“Fue el éxito periodístico y literario de la Transición. Creó una crónica social achampañada,
llena de burbujas de alto estilo literario y una falta de respeto admirable hacia el idioma, las formas urbanas y la política.”
(Extracto de Francisco Umbral, el estilo como venganza
de Manuel Vicent, Babelia, 20/12/2014)
“El prestigio y la leyenda de los años 70 con la escenificación de su calendario ha llegado a tal éxtasis que yo la he definido como la Santa Transición."
Los hechos, efectivamente son y fueron una escenificación magistral de los propósitos revolucionarios o simplemente democratizadores por parte de los protagonistas, que llevaban muchas cosas dentro y no se guardaron ninguna, sino que les dieron cumplido acuerdo en la acción y la obligación. Cerramos los ojos para rememorar aquellos tiempos y nos parece Historia Sagrada, bordeando una aventura histórica que tuvo al mundo pendiente de España.
"Era todo tan perfecto que incluso se glosaba a sí mismo a medida que invadía la Historia. Con gran facilidad pasamos del franquismo a un liberalismo heredado, a un socialismo liberal y luego, ya saben ustedes.”
(Extracto de La Santa Transición
de Francisco Umbral, 16/06/2007)”
"Su tinta era indeleble y caprichosa,
entre culos de vaso yo lo he visto
llorar por un Madrid mortal y rosa."
"Anti académico, anti telaraña,
anti talante, bota en el estribo,
bufanda en Mi Mayor, alto y altivo
como un emperador de Malasaña."
"Nunca olvidabas festejar a Olvido
a Berlanguita, a Cela, a Ramoncín
de la efímera fama del splenn."
Joaquín Sabina
Todo el columnismo español actual es hijo de Umbral
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