Aún en los momentos de gran cansancio, donde la oquedad pudiera ser la circunstancia que destaca, sí, incluso en estos días, podemos sentir la belleza de la vida.
Una expresión, aparentemente trivial, puede desencadenar una serie de actuaciones decisivas, porque la atención se afina y genera estrategias de aproximación para la resolución de situaciones problemáticas, donde la salud es meta e ideal, entre otras cosas. De las ilusiones que transforman, de la paz que se busca, de las protecciones que nos salvan cuando la pérdida despierta el sentimiento de amenaza.
Hemos compartido momentos de aplausos y grandeza, de mejora. Ha sido Jorge y eran las nueve de la mañana. De alguna manera, queríamos estar bien, unos y otras, en general, como punto de partida en esta semana que ya alcanza.
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