Cuando experimentamos un acercamiento inesperado, quizá previsible en cierto modo, imprevisible en realidad, nos asombra la blandura y ligereza de los comportamientos que tienden a la simetría, a la confluencia, será por eso de la armonía en el sentimiento.
Dos notas de eficiencia y relajación, en la confianza recíproca donde la asimetría era manifiesta y se aceptaba como un hecho, igualado el vivir al compartir el tiempo y algo más, en las que apoyarnos. Ocurría en la secuencia de trabajo que teníamos como objetivo básico, cumplíamos con nuestras obligaciones y responsabilidades.
Para el agradecimiento, para el crecimiento, para la admiración y el respeto.
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