Inquietud y espera, de la tensión que nubla y ciega.
Fuera del presente que es personal, de la percepción y los sentimientos, un barullo que puede hacer daño, que podemos mirar.
Es Manuel que se llega y cambia, para mejor, el clima de la mañana fría. Algo más, sí, nuestro en el aquí y en el ahora, que son la 9:19 horas a.m., cuando el trabajo es diferente para todos y cada una. Somos tres y cinco; dos y seis... En fin, el cálculo también importa, y lo que nos llega, lo que podemos tomar en cinco minutos o algo más.
Que el horizonte de sucesos nos deja a Nelson Mandela: una historia, una vida.
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