Aguaceros tormentosos que nos alarman y alteran de algún modo. Subimos el tono de voz y nos refugiamos en el coche, bajo los soportales de alguna plaza, en la tienda de al lado... hasta ver si escampa y continuamos el ritmo de los quehaceres diarios que nos vamos dando.
Tiempo de primavera natural que pensábamos cerrado, que vuelven para el equilibro atmosférico, aumentando la riqueza de los campos de cultivo, si todavía aguantan tras los episodios de la temperatura agobiante, que hemos pasado, en la primera semana de junio y en las últimas del pasado mes de mayo.
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