miércoles, 7 de septiembre de 2016

Laboral

Cuando llega septiembre a Majadahonda, nos distraen cada mañana, bien temprano, los preparativos de la Gran Vía para las Fiestas Patronales del Cristo de los Remedios que celebramos, como majariegos, todos los 14 del mes. 

Días de montaje y expectación, días para los profesionales de la luz y otros...
Este año ha sido mi interés por su trabajo lo que ha propiciado una charla mínima con uno de los operarios. Le sorprendía mi interés y quería conocer el por qué de la atención mostrada hacia todo el montaje desplegado en las instalaciones temporales. Y llegó a pedirme que podía destacar la dureza de su labor, porque el calor y al aire libre, así un día y otro, muchas horas currando...

Ayer, tras la jornada de tareas matutina, en el camino de vuelta a casa, una mamá que paseaba con su hijo pequeño de la mano, le hablaba ilusionada de los castillos que iban a llenar la calle enseguida. Una buena noticia, una sorpresa para alimentar la alegría en su pequeño de tres años. El niño la correspondió preguntando: ¿Por qué? 

Otra conversación casual intensa y seria, distintos registros en torno a una ilusión que se renueva cada año. Y empieza así, con anuncios para el bienestar que nos espera en esta cita anual para la diversión y el encuentro.


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