Queremos leer a Cervantes en este tiempo de celebración centenario, cuando recordamos su despedida del lenguaje y de tantos otros asuntos.
Hoy, su fuente de palabras sigue siendo bebedero para nosotros. Nos acercamos a Don Quijote de la Mancha, el ingenioso hidalgo, para compartir su humanidad, que es la nuestra, en tantos y tantos momentos, cuando el ideal y la fantasía nos pueblan.
Volvemos a su ser literario, a su aventura vital y frondosa, propia, como las nuestras, aún cuando lo olvidemos.
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