Otra mañana esperando que la red volviera a estar disponible en mi equipo, y no.
Gran expectación y algunas dudas. Celebración y viaje. Dos temas que estuvieron acaparando mi atención y a los que dediqué algunos preparativos.
Finalmente, la familia acompañada y cierta tristeza, porque las irremediables ausencias se hacían presente en cualquier caída mínima, en el semblante lánguido, en la salida algo precipitada, sin completar el ritual de la fiesta. Porque finalmente era una alegría y una bondad lo que teníamos como objetivo a reivindicar para la vida espiritual de Álex, otra realidad que se multiplica. Adrián a su lado, muy cerca y movidito, lo propio a su edad y también en la guardería.
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Muchas Gracias