Hay días como el de hoy para detenerse en el favor que la vida nos adelanta cuando la crisis personal se llega y podemos mirarla.
Es entonces cuando la parada se hace necesaria. Y nos miramos de otra manera, porque empezamos a valorar lo que sostiene verdaderamente nuestra existencia, el basamento biológico que hemos ido forjando desde que nos desligáramos del primero de los cuidados que se prolongaba y nos dejaba en disposición de salida para la gran carrera a la propia autonomía, a la superviviencia.
Una mañana gris, un contexto de nieve en la sierra, y pudiera llegarnos algo de esta corriente fría, que estamos cerca. Buscaremos un favor y otro favor, hasta conseguir salvar la brecha, en la debilidad, y proseguir en el éxito, esa grandeza que se proyecta.
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