ADVERTENCIA A LOS HOMBRES
QUE LEAN ESTE LIBRO PARA NIÑOS
"Dondequiera que haya niños -dice Novalis-, existe una edad de oro." Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan a su gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarla nunca.
¡Isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños; siempre te halle yo en mi vida, mar de duelo; y que tu brisa me dé su lira, alta y, a veces, sin sentido, igual que el trino de la alondra en el sol blanco del amanecer!
EL POETA
Madrid, 1914.]
Para Michael P. Predmore, responsable de una edición magistral de Platero y yo, Editorial Cátedra, Madrid 1995, mi reconocimiento y gratitud por su trabajo, del que tomo esta dedicatoria de Juan Ramón Jiménez, que es fuente y alimento literario universal para amantes de la palabra y público en general.